Por qué los peluqueros nunca hacen lo que tú quieres
Se trata de una queja muy común entre hombres y mujeres: ¿por qué los peluqueros nunca hacen lo que les he pedido? o ¿por qué mi estilista siempre me corta el cabello más corto de lo que quiero? La respuesta a esas preguntas no es sencilla, pero hay algunas condiciones básicas que son la causa del problema.Primero que nada (y esto no es una excusa, sino una mejor explicación del origen de ciertos problemas), muchos estilistas tienen clientes que quieren mantener los estilos que llevan. Y, a menudo, cuando ves la base del peinado de un cliente en su conjunto, ves un “modelo” del look que este cliente tiene.
Esto genera una costumbre que puede ser difícil de manejar, especialmente si el estilista ya tiene una buena clientela establecida con unos pocos clientes nuevos. A pesar de que en la mayoría de los sitios se requiere que el peluquero o la peluquera tomen cursos de capacitación para mantenerse al día, salvo que los clientes quieran esos estilos nuevos, lo normal es que siempre hagan más o menos lo mismo.
Otra razón común por la cual el servicio del estilista puede no ser satisfactorio –seguramente la MÁS común- se debe a la falta de comunicación. Si no te comunicas bien con tu peluquero o peluquera, es posible que haya diferencias de conceptualización o de percepción entre ustedes.
Por ejemplo, una clienta llega y dice: “Solamente quiero que me recortes un poco el cabello para eliminar las puntas florecidas”. Su cabello es muy largo (llega casi hasta la cintura) y no solamente las puntas, sino los últimos 10 o 20 centímetros de cabello se ven muy mal, dañados y grasientos.
El estilista dice: “Ya veo por qué quieres recortar tu cabello. Lo tienes fatal aquí en las puntas”.
“Ya lo sé –dice la clienta- . ¿Podrías cortarme solamente las partes dañadas? La verdad es que quiero que mi pelo vuelva a estar saludable y brillante”.
Y, así, el estilista comienza a cortar los diez centímetros inferiores del cabello y recorta con cuidado las puntas que quedan en las nuevas “puntas”. El resultado final es un pelo pleno, no grasiento, sino suave, que llega hasta la mitad de la espalda. El cabello se ve suave y exuberante.
Pero, al final, la clienta está insatisfecha porque la estilista no le avisó que el cabello le quedaría tan corto. Ella pensaba que le cortaría unos pocos centímetros, recortando un poquito las puntas dañadas, pero sin afectar mucho el largo. La peluquera se ha quedado mal porque pensaba que había hecho exactamente lo que la clienta quería, es decir “eliminar las partes dañadas” para que su cabello volviera a estar “saludable y exuberante”.
Ambas partes participaron de la situación con las mejores intenciones, pero hubo un malentendido en la comunicación porque sus palabras no fueron precisas. Esto es algo en lo que yo insisto. Cuando hablas con tu estilista sobre un determinado estilo, intenta llevar una foto de lo que quieres o sé lo más específica posible en tus descripciones. Si quieres que te recorten el cabello, no digas “córtame un poco las puntas” si solamente deseas que te quiten dos o tres centímetros.
Algo bueno que puedes hacer es ir a una tienda de productos de peluquería y comprarte un peine en el cual vienen marcados los centímetros. Esta es una herramienta muy usada entre los peluqueros y es muy útil para ilustrar cuánta cantidad de cabello perderás cuando hablas de “unos pocos centímetros”.
Lo fundamental, honestamente, es que expliques con detalle lo que quieres y que utilices términos específicos. Y, al revés, asegúrate de que tu estilista te explique lo que piensa hacer en tu cabello, de manera que tengas una idea clara de lo que puedes esperar exactamente.
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