Afeitarse la cabeza
Uno de los estilos más clásicos para hombres es el look “cabeza rapada”, es decir, una cabeza totalmente calva. Este estilo calvo adquirió popularidad gracias a la contra-cultura punk de Inglaterra en la segunda mitad de los años 70 y fue enseguida adoptado por otros movimientos. Lo que era en un inicio, a comienzos de los años 60, una seña de identidad de la clase trabajadora, fue adoptado rápidamente por grupos menos cultos. La gente miraba al look de cabeza rapada (y a quienes lo llevaban) con recelo.Hoy, el estilo calvo o de cabeza rapada no está sometido a prejuicios sociales y se ha vuelto rápidamente un arquetipo de moda (como la coleta de los años 80). Algunos hombres optan por un estilo calvo para dar una determinada imagen. Para otros, es una cuestión de comodidad. Y, finalmente, hay quienes deciden raparse la cabeza porque padecen de una importante (y visible) calvicie, y con ello pretenden disimular lo inevitable (que puede deberse tanto a la calvicie natural como a alguna enfermedad).
La forma de la cabeza es importante:
Si te afeitas la cabeza con un fin estético, es necesario que consideres la forma de tu cabeza antes de sumergirte en un proyecto tan drástico. Si vamos a ser completamente sinceros, hay que decir que hay unas cabezas rapadas mucho más bonitas que otras. Para obtener el mejor resultado, tu cabeza debe ser simétrica, con un ligero redondeado en la parte trasera, desde lo alto hasta el hueso occipital.
Un cráneo anguloso con partes prominentes (generalmente, en el nivel de la coronilla) nunca quedará bien rapado. Presta atención también si tienes algunos rasgos salientes, como las orejas o alguna cicatriz, pues se notarán más en una cabeza lampiña. Aún así, eres tú quien debes tomar la decisión final y, si tienes un gran deseo de raparte la cabeza, hazlo.
Cómo afeitarse la cabeza – primera etapa:
Ok, ya has tomado la decisión de afeitarte la cabeza y ya es tiempo de llevar a la práctica tu proyecto. La primera cosa que debes hacer es cortarte el pelo lo suficientemente corto como para que puedas afeitarte con facilidad. Esto significa un corte al ras. Si no puedes cortarte el cabello antes de afeitártelo, corres el riesgo de que el proceso sea largo y complicado. Si no tienes las herramientas para hacer un corte al ras, usa una navaja para recortar la barba.
Corta a lo largo del cuero cabelludo, en el sentido opuesto al crecimiento del cabello. Usa una navaja que te permita hacer un corte al ras, y no dudes en cortar varias veces para evitar que los pelos se amontonen en la cuchilla. Si los cabellos son bastante largos como para que esto pase, toma unas tijeras para cortar los mechones lo más cortos que puedas. Esto te permitirá tener una cabeza limpia antes del afeitado final y, así, minimizar la siguiente etapa.
El objetivo es reducir el largo del cabello a tres milímetros, o incluso menos. Cuando hayas terminado, asegúrate de haber cortado bien al ras toda la superficie del cráneo.
Segunda etapa:
La siguiente etapa es bastante similar al afeitado del rostro. Primero debes suavizar el cabello para poder cortarlo con facilidad. Esto se puede hacer de un modo más rápido humedeciendo una toalla de papel con agua fría. Espera algunos minutos para que se hidrate la cabeza. Una vez que esté más suave, aplica un poco de crema o gel y espera un poco más para que el producto penetre en el cuero cabelludo. La crema de afeitar ayuda a lubricar la piel y a prevenir los cortes y las lastimaduras del afeitado. Por fin, ya es el momento de comenzar a afeitarte.
Usando la maquinilla de tu gusto, pasa la cuchilla en el sentido del crecimiento del cabello. Asegúrate de ejercer una presión suave al afeitarte el cuero cabelludo, sobre todo si tienes cicatrices o irregularidades en la piel. Al contrario de la piel de tu rostro, tu cuero cabelludo siempre ha estado protegido del exterior por el pelo y no está acostumbrado a estar rapado. Por ese motivo, puede llegar a ser más sensible y más vulnerable a las pasadas de la afeitadora y a los cortes.
(Nota: ten cuidado porque el cuero cabelludo posee muchos vasos sanguíneos que aportan nutrientes y oxígeno a los folículos capilares. Si te cortas, verás que el cráneo sangra mucho más que las otras partes del cuerpo y que la sangre tarda más en coagular. Usa un algodón o un pañuelo embebido en alcohol para desinfectar el corte y para ayudar a cicatrizar).
Tómate tu tiempo al afeitarte. Siempre puedes hacer una segunda (o una tercera) pasada con la maquinilla. Es mejor tomarse un tiempo prestando atención que perderlo en sanar los cortes. Cuantos más cortes y más lastimaduras tenga una cabeza, menos atractiva será, lo cual puede arruinar el efecto soñado.
También es importante que aclares con abundante agua caliente tu afeitadora entre cada aplicación para sacar los resto de crema y los pelos que han quedado dentro y que pueden obstruir las cuchillas. Si te resulta difícil el afeitado, echa un poco de agua fría mientras enjuagas la cuchilla, ya que eso te ayudará a que el afeitado sea más fácil.
Deja que la loción absorba durante algunos minutos, y luego puedes usar una toalla (y un poco de aceite con vitamina E) para lustrar suavemente el cuero cabelludo, si es que quieres un look “brillante”.
El mantenimiento:
Una pregunta frecuente referida a las cabezas rapadas es: “¿Con qué frecuencia tengo que afeitarme la cabeza para mantener mi look?” Es una buena pregunta, pero es difícil de responder, ya que depende de cada uno. ¿Qué tan oscuro es tu cabello? ¿Con qué rapidez crece? Estos dos factores determinan la frecuencia con la que debes afeitarte el cuero cabelludo para que te quede calvo.
Como promedio, el pelo crece aproximadamente unos 1,25 cm (12,5 mm) por mes. Si consideramos un mes con un promedio de treinta días, esto significa que, en promedio, el pelo crece un milímetro cada tres días. Si eres rubio, y si tus cabellos son finos, el crecimiento se notará menos. Pero si tienes cabello negro y grueso, después de un solo día ya notarás que te ha crecido la pelusa. Para saber más al respecto, observa tu rostro, ya que el color de tu barba es generalmente el mismo que el de tu cabello.
Otros cuidados:
Por supuesto, ahora que te has afeitado la cabeza, deber tener en cuenta ciertas cosas de las cuales jamás te habías preocupado, como la limpieza y la hidratación de tu cuero cabelludo. Ya no tienes más pelo que proteja tu cuero cabelludo de la suciedad cotidiana y de la intemperie, de modo que debes considerar la parte superior de tu cráneo como una parte más de tu cara. Usa un limpiador normal, el mismo que usas para el rostro, para quitar la suciedad, la grasa y para prevenir los problemas de piel.
También debes recordar que es necesario proteger tu cuero cabelludo con una pantalla solar, ya que la piel que nunca antes había sido expuesta a la intemperie es muy sensible a las agresiones del sol. La pantalla solar puede incluir un hidratante que permita prevenir la pérdida de hidratación y evitar la apariencia de un cráneo seco y con callos.
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